Siguiendo a san Pedro Nolasco e iluminados por su carisma, los mercedarios creemos que nuestra misión liberadora pertenece a la naturaleza de la Orden y la ejercemos en nombre de la Iglesia, desde una íntima comunicación con Dios y una real encarnación en las necesidades de los hombres.
(COM. Nro.13)
Para cumplir esta misión, impulsados por la caridad, nos consagramos a Dios con un voto particular, en virtud del cual prometemos dar la vida como Cristo la dio por nosotros, si fuere necesario, para salvar a los cristianos que se encuentran en extremo peligro de perder su fe, en las nuevas formas de cautividad.
(COM. Nro.14)
Este voto asumido como una promesa voluntaria, consciente y absoluta, es característico de nuestra Orden, inspira todos los actos de su obra redentora y cualifica el cumplimiento de su misión y cuarto voto mercedarios, se dan allí donde hay una situación social en la que concurren las siguientes condiciones:
- es opresora y degradante de la persona humana;
- nace de principios y sistemas opuestos al Evangelio;
- pone en peligro la fe de los cristianos;
- ofrece la posibilidad de ayudar, visitar y redimir a las personas que se encuentran dentro de ella.
(COM. Nro.15-16)