SAN PEDRO NOLASCO

El 13 de mayo de 1999 se inauguró, a 26 metros de altura, una gigantesca escultura de S. Pedro Nolasco, en el frontis del templo de la Sagrada Familia, de Gaudí, en Barcelona, de 2,90 de altura y 2.000 Kg. de peso.

REDENTOR DE CAUTIVOS

FUNDADOR DE LA FAMILIA MERCEDARIA

Pedro Nolasco nació por los años de 1180 a 1182 en Mas de las Santas  Puellas, en el Condado de Tolosa, sur de Francia. Proveniente de una familia de mercaderes, quedo huerfano a temprana edad, y llevado por la compasión hacia los cautivos se dedicó a la tarea de la redención. Es decir siguió siendo mercader, ya no compraba mercaderias, sino que dedicó su vida a comprar seres humanos.

Para comprender la figura y la obra de Pedro Nolasco hay que tener en cuenta lo que era la circunstancia medieval de la cautividad y los cautivos en el siglo XIII. El cautivo pertenecía a “ su dueño” no era considerado como persona sino como un objeto o un animal con el que se negociaba o se usufructuaba de su trabajo. Habían mercados en las ciudades a donde acudían los negociantes de cautivos o para comprar o venderlos, poniendo en práctica un negocio inhumano y bárbaro. Un cautivo valía de acuerdo a su edad y sus cualidades físicas. Cuando el cautivo tenía importancia política o social se subía el precio en favor de su poseedor.

A eso se agregaba el odio mahometano hacia el cristiano por causa de su fe, preocupaciones por hacerle apostatar de la misma a cambio de aminorar sus padecimientos.

Entonces la obra inspirada por María de La Merced, mediante San Pedro Nolasco y sus hijos consistía en recoger grandes sumas de dinero y pasar a tierras de moros, con los peligros y dificultades propios del tiempo, buscar las plazas de cautivos y comprarlos para llevarlos a tierras cristianas y devolverlos a sus hogares. Hay que considerar el dolor de las familias que tenían cautivos a sus seres queridos y la alegría de las mismas al retorno de sus familiares. Por eso San Pedro Nolasco, Padre de los redentores de los cautivos, es un signo de misericordia en la Iglesia en todo tiempo. Después de una vejez de serena tranquilidad, ya que toda su vida se había convertido en un intenso acto de amor a Dios y a los cautivos, entregó su alma a Dios, el 6 de mayo de 1245 en la ciudad de Barcelona.

San Pedro Nolasco grabó en su Orden una profunda devoción a María de La Merced, un amor total a Dios y al prójimo, hasta el extremo de estar dispuesto a dar la vida por los cautivos, como Jesucristo lo dio por nosotros. Su culto en la Iglesia universal se da el 12 de junio de 1664.

Su fiesta se celebra el 6 de Mayo.

  • Fuente principal para las biografías: “La Orden de Santa María de la Merced (1218 – 1992) – Roma 1997″